La presencia fantasmal que a principios de los noventa estuvo en boca de todos los madrileños y aterrorizaba a los vigilantes nocturnos ha regresado a los pasillos del palacio de Linares, actual sede de la Casa de América, en Cibeles. Y si han vuelto a intuirse ruidos de cadenas en alguna de las tres plantas del edificio es porque algunos empleados dan pie a hablar de ello.
"No nos dejan sacar fotos de ningún tipo, y culpan de ello al fantasma", se queja Mariano Blancio, uno de los visitantes que acabó convertido en fotógrafo frustrado. Mientras sacaba fotos exteriores a la conocida como "la esquina más bella de Madrid" no pasó nada. Los problemas vinieron luego, cuando se inició el paseo por los salones, comedores y despachos barrocos y rococós, repletos de mármoles de Italia, esculturas de Francia y cuadros de los principales artistas españoles de finales del siglo XIX. Ahí fue cuando Mariano sacó la cámara y se encontró con un rotundo "no" por parte de una de las empleadas del palacio.
"Me dijo que no podía hacer ningún tipo de foto y yo pregunté el porqué. Me respondieron entonces que porque con las fotos los cuadros se dañan, pero yo le dije que le quitaba el flash a la cámara, que así las pinturas no sufrirían ningún tipo de percance. Como sabía que lo que le decía era verdad, fue entonces cuando me dijo el motivo real: "'La prohibición está para que no se hagan fotos del fantasma'". source
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